Malos usos de las herramientas tecnológicas
Siempre pensamos que si invertimos en herramientas tecnológicas vamos a
conseguir mejorar la productividad de forma notable. Es la forma que
tenemos de recuperar la inversión realizada, pero está claro que no
siempre es así. Hoy vamos a poner algunos ejemplos de los malos usos de las herramientas tecnológicas
- Vamos a comenzar con el correo electrónico,
utilizado en muchas ocasiones como si fuera un acta notarial donde todo
tiene que quedar registrado. Pero también como una herramienta de
comunicación para temas urgentes, donde a veces aparecen correos a
deshoras que esperan ser contestados al momento.
- Quizás tiene que ver con el uso de los smartphones
que nos hace gestionar el correo desde lugares y con premura de tiempo
inapropiado, sin poder prestar la atención adecuada al mismo,
contestando brevemente y en muchas ocasiones, olvidándonos ya del tema,
cuando necesitamos hacer algo más que contestar.
- Internet es otra de las herramientas que nos
puede hacer perder mucho tiempo en las empresas si hacemos un mal uso.
Problemas de seguridad, de productividad y de uso de la herramienta más
para el ocio que para el negocio.
- El CRM, el gestor de
clientes que nos debe ayudar a dar un trato más personal e identificar
las oportunidades de negocio que tenemos, pero muchas veces no extraemos
esta información y nos centramos sólo en que sea una carga
administrativa más para los empleados.
- Algo similar ocurre con los gestores de tareas
que debemos utilizar para cumplir con tareas en sus plazos
correspondientes no para ir añadiendo más carga de trabajo. Y también
añadir más estrés viendo como tenemos tareas pendientes inacabadas que
reclaman nuestra atención.
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